Según un par de estudios nuevos (Americanos y Británicos), existe una correlación entre la inteligencia y el gusto por el alcohol. Entre más inteligente sea un niño, existe una mayor tendencia para convertirse en un gran bebedor de alcohol cuando crezca, que un niño con menos inteligencia.
Los estudios explican esta tendencia por tres diferentes razones:
Evolución. Las personas inteligentes tienden a ser pioneros en adoptar nuevas tendencias evolutivas y en el contexto de historia humana, el alcohol y su forma de consumo son parte de una conducta evolutiva.
La diversión provocada por el alcohol sustituye los años de aburrimiento en la infancia. Todos esos años de la infancia en los que de niños nos la pasamos reprimidos estudiando en la escuela, tratan de ser recompensados en nuestra etapa adulta bebiendo alcohol para recuperar toda la diversión que perdimos.
Beber alcohol es la única manera de convivir con los idiotas. Las personas inteligentes se “atontan” con tal de tolerar a todos los demás. Cuando estamos sobrios tendemos a tomar los comentarios de las personas de una manera literal, pero con unos tragos nos relajamos y dejamos de ser tan analíticos, dejando ciertos comentarios de lado.
Así que ya saben dejen de preocuparse por su compulsiva manera de beber, es sólo un signo de que somos más inteligentes que los demás.
Fuente: The Week