Ya hablando en serio, no creo que sea muy seguro andar como si nada con una podadora en plena calle, especialmente si las cuchillas para cortar el césped aún no han sido removidas. Si es que algún día me llego a topar a alguien así, trataría de evitar encontrarme con ella de frente, no vaya a ser que de repente pierda el control y terminemos con un dedo mutilado. 🙂
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